Para un niño sordo es difícil crecer en una sociedad de
oyentes. Ya que el lenguaje general se obtiene mediante el caudal auditivo,
tienen una limitación importante a la hora de acceder a la información,
imprescindible en su relación con el mundo, por eso es tan importante para
ellos disponer de todos los recursos posibles para lograr una completa
comunicación. En este aspecto, son muchas las ocasiones en las que el niño
sordo nacido en una familia sorda tiene ventaja sobre el nacido en una familia
oyente.
Conociendo historias y hablando con personas con discapacidad
auditiva podemos pensar que es el bilingüismo su opción lingüística preferida,
cosa que se acepta principalmente en las familias con miembros sordos, aunque
no tanto en las oyentes, que suelen confiar, lo primero, en la ciencia médica
y, si ésta al final no puede ayudarles, en sistemas como el verbotonal, que les
enseña a leer los labios y pronunciar el lenguaje oral, ya que para la
generalidad de los padres oyentes es prioritario que su hijo no “parezca”
sordo.
El niño sordo que no aprende a signar puede llegar a
sentirse solo. Es muy difícil seguir una conversación entre varias personas
leyendo los labios, se acaba perdiendo mucha información y, sobre todo en la
adolescencia, les da vergüenza interrumpir para poder enterarse bien de todo,
al final se sienten agobiados y tristes y no entienden el quedar excluidos
(casi siempre sin mala intención) de las conversaciones, ya que los oyentes no
acaban de darse cuenta del problema o no saben cómo actuar. También existe un
problema en las aulas, sobre todo en las grandes o con mucha gente, como en la
universidad, donde no se ve bien al ponente e incluso a veces habla de
espaldas. En la comunicación oral, el sordo ha de esforzarse mucho más para
conseguir mucho menos.
La lengua de signos y la integración en la comunidad sorda
es una buena respuesta a estos
problemas, ya que es su propio idioma y no necesitan ese esfuerzo extra para
entender y hacerse entender. Disponer de la capacidad de desenvolverse en la
comunidad oyente y además una lengua propia con la que comunicarse sin tener
que realizar ese sobresfuerzo, sintiéndose cómodos y pudiendo expresarse sin
problemas, es para muchos la opción lingüística ideal, tanto, que son muchos
los sordos perfectamente integrados en la comunidad oyente que, incluso de adultos,
sienten que les falta algo y aprenden a signar.
BIBLIOGRAFÍA
La Comunidad Sorda. Ana Moreno Rodríguez. Fundación CNSE
2002
Muy interesante el artículo, pero debo decir que me parece un uso sexista del lenguaje, porque la referencia de personas sordas es "sordo" y la de criatura sordas es "niño sordo", no dando cabida, por tanto a las sordas ni a las niñas sordas.
ResponderEliminarMe ha parecido estupendo el uso de vídeos para la bibliografía, tanto signado y subtitulado, como subtitulado y hasta sólo hablado. He de referir que el vídeo 4º y 6º del listado es el mismo, y os vídeos 2º y 3º no están ya en la plataforma que estaban alojados.