Me llamo
Claudia y soy estudiante de interpretación de lengua de signos.
No soy
pedagoga.
No soy
logopeda.
Ni tampoco
tengo un doctorado en métodos de educación modernos e innovadores.
Aun así, siendo una simple alumna que ni siquiera
maneja con soltura la Lengua de Signos, creo que esto no va a estar de más en
un blog dedicado a la comunidad de personas sordas. Porque ese, ese es el quid
de la cuestión, las personas sordas…son sordas.
Diréis “menuda
estupidez, nos lo ha tenido que venir a decir ella, que nosotros no nos
habíamos dado cuenta...”, pero al parecer, algunas personas (oyente, me
avergüenza admitir), es un dato que todavía no consiguen almacenar en su
cabecita.
Todo esto viene
a cuento, nada más y nada menos, de todas las barbaridades que he tenido que
leer provenientes de logopedas, pedagogos y doctorados, en forma de artículos y
estudios sobre el desarrollo psicosocial y personal de los niños sordos. “El
niño sordo y métodos para que aprenda a hablar”, “El niño sordo se aísla y
puede ser agresivo”, “El niño sordo puede presentar movilidad muy reducida”…
El niño sordo,
poco más que se presenta (no en todos los documentos que he leído, pero sí en
la mayoría) como algo que hay que “arreglar” porque “si se esfuerza puede ser
como los demás.” Y digo yo, ¿Qué estamos
haciendo que todavía no estamos enseñando a niños cojos a correr sobre dos
piernas? ¿y a los niños mudos?, ¿para cuándo niños mudos cantando en el coro
infantil de Viena?
Porque, ¿para
qué narices enseñarles su propia lengua? ¿Para qué vamos a darles desde
pequeños un canal comunicativo útil para ellos? Ojo, que no le quito hierro,
que sería demasiado utópico pensar que desaparecerían por completo las barreras
sociales, pero tampoco es justo dificultarles aun más el camino, pudiendo
simplificárselo, y cuando nos diésemos cuenta de que lo hemos hecho mal, echar
la culpa a su sordera que es la que lo ha hecho “incapaz de comunicarse de
ninguna forma”.
Sin más
rodeos, yo no tengo un hijo sordo, ni un hermano, ni siquiera un familiar
lejano, y probablemente, no sea la más indicada para comprender por completo
una cultura que para mí es nueva. Pero sí entiendo la lógica y el sentido
común, y lo que a mí me dicen es que si hay una educación adecuada y sobre todo
más empatía y comprensión por parte de las personas “normales”, las cosas irían
un poco mejor.
Me ha gustado leer un artículo tan personal y que te haya provocado esta reflexión, me hace sentir orgullo de mi trabajo. También tengo que decir que me parece un uso sexista del lenguaje, porque la referencia de personas sordas es "sordo" y la de criatura sordas es "niño sordo", no dando cabida, por tanto a las sordas ni a las niñas sordas.
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